La finalización de la prórroga de contrato de alquiler en la vivienda
🏡 Fin de la prórroga del contrato de alquiler: ¿y ahora qué?
La prórroga legal del contrato de alquiler es un concepto que ha sido clave para dar estabilidad a los inquilinos. Sin embargo, muchos propietarios y arrendatarios desconocen qué ocurre una vez finaliza esa prórroga. Con la normativa vigente en 2025, entender las consecuencias legales de esta situación es más importante que nunca. En este artículo te explicamos qué opciones tienen ambas partes cuando el contrato entra en su etapa final y no se renueva expresamente.
¿Qué es la prórroga legal del contrato de alquiler?
Según la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), cuando un contrato de alquiler llega a su vencimiento y ninguna de las partes manifiesta lo contrario, este puede entrar en un período de prórroga tácita o legal. Esta prórroga puede extenderse por un año si el inquilino lo desea y el arrendador no comunica su voluntad de no renovar con al menos 4 meses de antelación.
Hasta 2025, esta prórroga ha sido una herramienta clave para proteger al inquilino. Sin embargo, la prórroga no es indefinida y tiene un límite temporal. ¿Qué pasa cuando termina?
Fin de la prórroga: derechos y obligaciones
Una vez finaliza la prórroga legal, pueden ocurrir varios escenarios:
- No hay acuerdo de renovación: si ninguna de las partes muestra intención de continuar, el contrato se extingue y el inquilino debe abandonar la vivienda.
- Continúa la ocupación sin oposición del arrendador: si el arrendatario sigue en el inmueble y el arrendador no se opone, la ley entiende que existe una prórroga tácita por tiempo indefinido. En este caso, cualquiera de las partes podrá finalizar el contrato en cualquier momento, respetando el preaviso legal (normalmente 30 días).
- Nuevo contrato: si ambas partes están interesadas, pueden firmar un nuevo contrato con nuevas condiciones, actualizando el importe del alquiler, duración, etc.
¿Puede el propietario negarse a renovar?
Sí. El propietario puede negarse a renovar una vez terminada la prórroga legal, pero debe comunicarlo con al menos cuatro meses de antelación antes del vencimiento del contrato. Si no lo hace, el inquilino tiene derecho a otra anualidad de prórroga.
Por eso, la clave está en la comunicación previa y formal. Si no hay un aviso dentro del plazo establecido, la prórroga se activa de nuevo.
¿Y si el inquilino no se va tras el fin del contrato?
En este caso, si no hay prórroga tácita ni nuevo contrato y el arrendatario no abandona el inmueble, el propietario podrá iniciar un procedimiento de desahucio por expiración del plazo contractual.
No obstante, los tribunales suelen valorar si hubo consentimiento tácito del arrendador para continuar la relación, especialmente si siguió aceptando el pago del alquiler.
Recomendaciones legales
✅ Para propietarios: comunícate con tiempo si no deseas renovar. Deja constancia escrita (burofax, email certificado o carta con acuse de recibo).
✅ Para inquilinos: asegúrate de conocer tu fecha de finalización y, si deseas continuar, inicia la conversación con antelación para evitar incertidumbre.
Conclusión
El fin de la prórroga legal del contrato de alquiler no significa necesariamente el fin de la relación arrendaticia, pero abre un nuevo escenario que requiere claridad legal y buena comunicación. Tanto arrendadores como arrendatarios deben estar informados sobre sus derechos y deberes para evitar conflictos y proteger su posición jurídica.
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